He aquí una breve reseña que encontre en Internet, y fotos que no son mías ya que no quise que pasara sin ilustrarse este breve capítulo arquitectónico. En alguna otra ocasión llevé mi cámara pero el vigilante no me dejó pasar para tomar algunas fotos; algún día tendré la oportunidad de hacerlo.

Con el “art decó”, corriente que en su momento fue sinónimo de lujo y modernidad, surgieron construcciones significativas que hoy, a varias décadas de su creación, permanecen inmersas en el conglomerado urbano. El edificio Basurto es una de ellas simbolizando la obra cumbre de su autor:Francisco J. Serrano.
A partir de los años treinta y en especial durante los cuarenta, la colonia Hipódromo de la Condesa, en la Ciudad de México, se convirtió en uno de los escenarios principales de la modernidad arquitectónica en nuestro país. Así, adoptó el decó como propuesta artística de un arte cosmopolita encaminado a embellecer el entorno del hombre con el fin primordial de lograr una vida plena, constructiva y placentera favorecida por los avances tecnológicos de su tiempo.
Las variantes en la composición y distribución espacial tradicionales, derivadas de este movimiento, anunciaban un nuevo lenguaje formal y las vanguardias constructivas empleadas permitían el uso de materiales novedosos que pronto resaltarían entre las construcciones aledañas.
El ingeniero y arquitecto Francisco J. Serrano fue uno de los impulsores de esta nueva manera de ver y vivir la arquitectura, reinterpretando los valores de una propuesta plástica basada en la geometría, donde lineamientos clásicos, simétricos y rectilíneos juegan entre sí, se unen o se fragmentan, pero siempre conforman un todo indivisible. Esta manifestación artística también pondera las bondades de los espacios integrales, la iluminación profusa y de los símbolos que permitan el fácil reconocimiento de cada nueva edificación a partir de abocinamientos, arcos hexagonales, rodapiés de granito, así como el cuidadoso diseño en la herrería y en el letrero de las fachadas.
La obra cumbre de este arquitecto sin duda es el edificio Basurto (1942-45), ubicado en el número 187 de la Av. México, desde donde se domina la vista hacia el parque México y parte de la plaza Popocatépetl.
Construido sobre un terreno irregular en lo que alguna vez fuera el jardín del propio señor Basurto, quien lo mandara construir y a quien debe su nombre, este edificio fue diseñado con el ideal de crear una vivienda cómoda en renta, que cumpliera las necesidades de habitación y comercio en combinación con los elementos propios del lujo y el confort.
Para lograr esto estableció el uso del estacionamiento en planta baja, un elevador para uso común y áreas de servicio integradas a cada departamento, además de introducir en la azotea amplias terrazas de clara influencia Le Corbusiana.
Siguiendo el esquema neoyorquino de la posguerra, el cual generó edificios de gran altura al tiempo de proporcionar una mayor densidad habitacional sin sacrificar grandes extensiones de terreno, “el Basurto” consta de 14 niveles con un singular partido arquitectónico, el cual se desarrolla en una planta en forma de cruz, permitiendo explotar al máximo las diferentes posibilidades de asoleamiento y vistas hacia el exterior.
Esta composición originó un gran hall al centro del crucero donde se desplanta la escalera principal, columna vertebral de esta construcción, que imprime una personalidad indiscutible a este edificio con generosos espacios de 10 x 10m de hueco en toda su altura, “que por su forma e iluminación superior produce un sentimiento de vacío y atracción a la vez”. Esta característica distribuye las circulaciones a cada uno de los niveles de vivienda, cuatro departamentos por piso, hasta desembocar en la parte más alta donde se localizan los pent houses y las terrazas.
El edificio Basurto es una visita obligada para aquéllos interesados en la arquitectura por la forma magistral “de combinar lo curvo y lo recto” en un solo espacio.